Desde que el ser humano es humano ha querido ver en la fisonomía de las personas su esencia, mientras que las máscaras se han empleado o bien para ocultarla, o bien para protegerse del mal, establecer nuevas personalidades o propiciar estados de ánimo. Este ensayo nos transporta a lugares como el Antiguo Egipto o los Carnavales de Venecia para descubrirnos la fascinación por el espejo del alma y sus innumerables reflejos.