La filosofía, el arte y la literatura han representado al ser humano o, mejor dicho, al hombre, como un ser vertical, derecho, erecto. Adriana Cavarero,
una de las voces actuales más importantes del pensamiento occidental feminista junto a nombres como los de Judith Butler o Martha Nussbaum, reflexiona
en este libro sobre las consecuencias y las relaciones de poder que implica el discurso de la rectitud. A lo largo de una serie de doce capítulos y una
coda en que pasa revista no solamente a varios filósofos sino también a representaciones artísticas y literarias diversas, la filósofa italiana cuestiona que
la rectitud sea la postura propia del ser humano y defiende que esta postura ha tapado otra que nos es mucho más propia, la de la inclinación, que tradicionalmente
el arte y la filosofía han reservado exclusivamente a la mujer. Cavarero plantea, pues, la subjetividad en términos de inclinación y verticalidad. Mientras que en el hombre recto y erecto se esconde un yo cerrado en sí mismo, autorreferencial y autosuficiente, en la inclinación se encuentra uno altruista, abierto al otro, sobre el cual se vuelca y no se cierra. En definitiva, se trata de una obra fundamental no solo para el pensamiento feminista moderno sino también para la filosofía occidental contemporánea.