El cese definitivo de ETA no ha sido el resultado de una negociación entre el Gobierno y la banda terrorista; tampoco de una rendición absoluta. Ha sido lo más parecido a lo que vaticinó el Pacto de Ajuria Enea hace 25 años: la consecuencia de un acoso policial, judicial y social sobre la banda terrorista y su brazo político, que ha obligado a la izquierda abertzale a exigir a ETA el cese legítimo para salvar su proyecto político soberanista. ETA estaba condenada a desaparecer desde que decidió enfrentarse al ordenamiento jurídico y democrático. Este libro narra, con nuevos datos, su lenta decadencia en diez hitos y se extiende en los pormenores de su final, que ha sorprendido especialmente a la parte más conservadora de la derecha española, que pretende poner trabas a la consolidación de ese final -condicionando al gobierno del PP y a las instituciones- y a la convivencia de Euskadi y España con la falacia de que ETA ha ganado y la democracia ha perdido.