Combinando la sociología, la biopolítica y la sátira, esta obra presenta una sorprendente teoría de la imaginación normativa como un modo cognitivo característico de la era del capitalismo emocional. El género, la moda, la creación artística y la vigilancia son analizados desde la perspectiva de un impulso regulador que no proviene ya de los poderes fácticos sino de los propios ciudadanos.