A través de sus manifiestos y panfletos ùla mayoría nunca antespublicadosù, su abundante correspondencia, epigramas y hasta variasasombrosas y reveladoras entrevistas, comprendemos su personalidad yabsoluta fe en la certeza de sus visiones. También su furibundadiatriba contra el arte oficial y el establishment artístico, al queacusa de falso y mercantilizado. Solo de este modo podemos entender el fantástico y colosal universo blakeano («La exuberancia es belleza»,escribirá), que tanto ha fascinado, y lo sigue haciendo, a artistas ypensadores de todo tipo.Un incansable Blake, al borde de la pobreza ycondenado el ostracismo por sus contemporáneos, que lo consideran unartista «excéntrico» y «atormentado», se enfrenta a todo y todos, aquienes describe como «El Enemigo». Su honestidad es brutal, perotambién conmovedora. Para él todo es Eterno, mientras confiesacomunicarse permanentemente con fallecidos y toda clase de seres, eincluso escribir bajo su dictado, reinterpretando escenas bíblicassegún lo que asegura haber presenciado. Se describe como un «príncipede la mente».A medida que envejece, la lectura se hace