Patricia llega a una pequeña isla situada al sur de Madagascar atraída por un trabajo muy bien pagado: atender a una anciana de frágil salud, Rose. A Rose le gusta que Patricia se bañe en la laguna. Que nade hasta la torre medio derruida en el centro de las aguas y que arroje al agua las naranjas que llenan los cestos de la orilla. Hasta que un día Patricia ve que alguien devuelve las naranjas a sus pies...