Vanguardia, cosmopolitismo y desenfreno. "La Criolla", aquella «cueva del vicio» de Barcelona, fue mucho más que una gran fiesta. En ella se congregaban desde los mejores travestis de la ciudad a la flor y nata de la intelectualidad catalana y europea pasando por no pocos altos cargos militares, policías, políticos, etc. Todos compartiendo pecados, miserias y algunos momentos de euforia.