Esta novela es un disparate, un mundo de alucinación en el que escenas realistas conviven con sucesos imposibles, aunque nunca se sabe si las situaciones más esperpénticas están sacadas de la realidad o de la imaginación del escritor. La Guerra Civil que se encuentra en estas páginas no puede servir para alimentar discursos solemnes, porque no hay aquí héroes ni biografías ejemplares.