Una nueva magnífica selección de ocho de los títulos más especiales de la colección «Poesía portátil» enformato estuche. Que cada cosa cruel sea tú que vuelves, Julio Cortázar La obra de Julio Cortázar es uno de los pilares de la literatura de habla hispana del siglo XX. Conocido especialmente por sus cuentos y novelas, el autor argentino era un poeta hasta cuando escribía en prosa y supo imprimir en sus versos la misma emoción que conmocionó en obras como Rayuela. ------- Días son las noches que te sueño, William Shakespeare El mayor dramaturgo de todos los tiempos fue también un extraordinario poeta, y como tal ya habría pasado a la posteridad. La fluidez que mostró enlazando versos sobre el escenario encuentra su vertiente más íntima en la lírica. Las cuestiones inherentes a la condición humana son perfiladas por un Shakespeare que, sin ocultarse detrás de personajes ficcionales, descubre sus más profundas inquietudes sobre el amor, la muerte, la pervivencia y el inexorable paso del tiempo. Con la magnífica traducción de Andrés Ehrenhaus, los textos aquí seleccionados respetan el verso original y suponen un festín para los amantes de las buenas letras. ------- Guárdame en ti, Raúl Zurita Zurita es un referente indiscutible de las letras chilenas y una de las más grandes voces de la poesía contemporánea. Esta selección a cargo de Ignacio Echevarría recorre los amores y los infiernos de la devastada biografía del poeta, así como la convulsionada y luego lánguida historia del Chile del último medio siglo, siempre a través de una escritura que aspira a moverse con la misma fuerza que la naturaleza. Los versos recogidos en esta antología provienen de los poemarios Tu vida rompiéndose y La vida nueva. ------- He leído que no mueren las almas, Anna Ajmátova La obra de Anna Ajmátova (1889-1966), prohibida durante muchos años en Rusia, es uno de los principales testimonios literarios de la turbulenta historia del país. En 1934 su primer marido, el también poeta Gumilev, fue acusado de actividades contrarrevolucionarias y murió fusilado. Muchos de sus amigos poetas fueron enviados a los gulags estalinianos y Ajmátova vio cómo la mayoría de sus seres queridos morían, eran condenados o enviados al exilio. Entre ellos, su único hijo. Tras años en el centro de la diana del terror estalinista, Lev fue encarcelado en 1938 acusado de terrorismo. Durante diecisiete meses, Ajmátova hizo cola todas las mañanas ante la cárcel de Leningrado para saber si seguía con vida. De esta experiencia nacería uno de sus poemarios más hermosos: Réquiem, recogido en este libro y publicado en 1963, el mismo año en que se le concedió el Premio Internacional de Literatura. Esta selección, en la versión del Premio Nacional de Traducción José Luís Reina Palazón, también incluye otros poemas en los que Ajmátova desnuda el espíritu ruso mientras canta al desamor, al paso del tiempo y al dolor de ver la propia patria sometida al terror más feroz. ------- Poesía de amor. De tus caderas a tus pies quiero hacer un largo viaje, Pablo Neruda El Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda es uno de los poetas en lengua española más leídos por todos los públicos, un autor que consiguió grabar en la memoria de jóvenes y adultos unos versos que se transmiten de generación a generación. Reunimos en este título algunos de los poemas de amor más emblemáticos de Neruda, desde sus primeros textos en Crepusculario o Veinte poemas de amor y una canción desesperada a sus Cien sonetos de amor. ------- En esta noche, en este mundo, Alejandra Pizarnik La dura sensualidad y el profundo intimismo de Alejandra Pizarnik confluyen en esta selección de su obra poética, a cargo de Ana Becciu. La autora, figura de culto de las letras hispanas y una de las escritoras más representativas de la segunda mitad del siglo XX, muestra en sus versos las entrañas de alguien torturado, que ama de un modo animal, que devora y que coquetea con dejarse ir para siempre. Su poesía escenifica batallas brutales, luchas feroces en las que quema todo cuanto la rodea con la esperanza indisimulada de dejar que el fuego la consuma a ella también. A los treinta y seis años se rindió definitivamente. Sus versos arderán siempre. ------