Inspirado en Emma Goldman, Paul Lafargue y en la crítica de Hannah Arendt a la reducción de la política a economía, Juan Evaristo Valls Boix propone una nueva manera de habitar el mundo: una vida vivida por su belleza, no por su utilidad. Con una prosa luminosa y combativa, el joven filósofo defiende derechos esenciales ?como el derecho a la pereza, la huelga, la jubilación, la literatura o la desconexión? no como concesiones del sistema, sino como actos radicales de resistencia a la alienación capitalista y a la libertad. Estas son las ?cosas bellas?: lo que no sirve, pero salva.