Si se educa para la felicidad, el fin es tan importante que no hay por qué tener prisa. La dicha llegará. Digno sucesor de su libro Todos los niños pueden ser Einstein, en el presente Fernando Alberca vuelve a descomplicar la educación. No te preocupes, no te agobies. Lo que te pasa es normal. Habrá que solucionarlo o esperar a que pase, depende. Pero en todo caso, tiene solución y no eres culpable, aunque lo hubieras podido hacer mejor. Ya no importa, lo que importa es qué hacer ahora y no bloquearse por el resultado ni por su análisis. Hacen falta menos psicólogos que padres y madres con defectos, que quieran mucho a sus hijos con defectos también. La educación es tan importante y necesaria que hay que simplificarla. Este libro de Fernando Alberca es el libro de la descomplicación educativa. Comprender que educar es más fácil de lo que suele parecer, si se aprende a ver con una visión global y humana: que nos permita acertar al educar con defectos. Un libro que enseña a quitarle estrés a la vida de los hijos y a la de los padres y madres, que les permita relajarse para acertar más, y adaptarse a la genera