CABRERA, DANIEL / MAZARRASA, LUIS
Dinamarca es un país pequeño formado por miles de granjas que pasan por la ventanilla del tren o del coche rodeadas de verde, centenares de pueblos diminutos y media docena de ciudades de un tamaño relativo, limpias, ordenadas y con una considerable vida nocturna en fines de semana.
Además, la capital, Copenhague mantiene una actividad cultural de ocio a diario, debido a sus fabulosos museos, galerías de arte, restaurantes, clubes de jazz o rock en vivo, bares de todo tipo y a un trasiego de viajeros y turistas constante que anima a los daneses a salir a la calle.
En julio, cuando el país coge las vacaciones, Dinamarca se puebla de gentes que se van a las playas de la costa norte o de las islas, hacen windsurf, pedalean por parajes rurales o llenan las terrazas de los cafés.
Como muchos de los países del norte de Europa, Dinamarca goza de una prosperidad económica y de un bienestar que se cuenta entre los primeros del planeta. De hecho, este país siempre sale en los últimos años en el primer puesto del ranking del grado de felicidad que sienten sus habitantes.