"Tras una vida de esfuerzo y tenacidad, Eva, a sus cuarenta y tres años, logra alcanzar los dos objetivos que se había propuesto: ser catedrática de filosofía, ganándose el respeto del gremio con una trayectoria profesional brillante, y ser madre. Lo demás pasa a un segundo plano, incluido un divorcio que la deja sola con una bebé de año y medio. Al poco tiempo los médicos le diagnostican un cáncer terminal que acorta su esperanza de vida a unos meses. A partir de ese momento Eva decide centrar todas sus energías en un único propósito: construir el mejor legado posible para su hija. Para lograrlo echa mano de sus conocimientos filosóficos y de su biografía. Las conversaciones con su cuidador, la historia familiar, la relación con sus amantes o los diarios que guarda desde que tiene nueve años le servirán para dar forma al último libro que escribirá antes de morir y que pretende ser una brújula que ayude a su hija Lucía a orientarse en la vida. A lo largo de esas páginas reflexionará sobre temas como la sinceridad, la culpa, el castigo, la seducción o la soledad.