En otoño de 1923 el comandante Déyev, joven veterano de la guerra civil rusa, debe evacuar a quinientos niños de un orfanato de Kazán y conducirlos a Samarcanda. Deberán recorrer cuatro mil kilómetros en seis semanas, con un único propósito: salvar la vida de los niños. Las peripecias que vivirán durante el trayecto adquieren una dimensión mítica y su largo periplo se convierte en una aventura de tintes legendarios.