En poco más de diez años de intenso trabajo literario Raymond Carver forjó una obra de primerísima magnitud. Los más de trescientos poemas de este volumen están arraigados a la vida, a lo cotidiano, y demuestran que Carver no fue solo un narrador superdotado, sino también un poeta profundo y emocionante, que sabía explorar los instantes de felicidad o desolación.