En el año 1962, el piloto Richard Bainfield, que participó en el bombardeo de Hiroshima, llega a la base naval de Rota, huyendo de sus remordimientos. Al objeto de aliviar su sentimiento de culpa a cualquier precio, ya en EE. UU. ha cometido diversos atracos y ha entregado cheques sin fondos, pero no ha conseguido entrar en la cárcel, sino ser tomado por loco
Movido por el deseo acuciante de ser castigado, en Rota vuelve a cometer un robo y se presenta en el cuartel de la Guardia Civil para que lo detengan. El teniente a cargo del cuartel, que quiere evitar a toda costa verse envuelto en un embrollo con los americanos, recurre a Samantha Porter para que le sirva como intérprete. Ella es una española que, siendo niña, marchó al exilio con su madre y ha regresado a Rota en busca de su padre, sin saber si estará vivo o muerto. A medida que se van conociendo, Samantha y Richard descubren que solo se tienen el uno al otro en su propósito de reconciliarse con su pasado.
La novela es una fantasía inspirada en la historia real del comandante americano Claude Eatherly, que realizó el vuelo de reconocimiento meteorológico sobre Hiroshima unas horas antes del bombardeo.
Si sufrir fuera sencillo nos habla de los límites de la responsabilidad moral y la complejidad de las emociones humanas la mayoría intraducibles, con el amor como bálsamo capaz de curar las más profundas heridas de nuestro pasado.