Once tipos de soledad es un conjunto de cuentos desoladores, descarnados y perfectos. Aquí no hay luz al final del túnel; hay en cambio tristeza, aislamiento y desamparo narrados con una honestidad salvaje y cristalina, electrizante y conmovedora, absolutamente memorable. La soledad de las ciudades, la mediocridad de las aspiraciones de clase media, la dificultad para verbalizar la decepción y el desencanto, la negación y el autoengaño son los temas que Yates toca, una y otra vez, en variaciones siempre resonantes al oído del lector contemporáneo. Sus personajes son personas comunes, de vidas rutinarias y tragedias menores: una chica que se está por casar, un veterano convaleciente, un escritor a sueldo, una maestra amargada, un soldado que rememora sus días de entrenamiento, un taxista con sueños de una vida mejor. Richard Yates publicó Once tipos de soledad en 1962, un año después de que Revolutionary Road, su primera novela, fuera elogiada por Tennessee Williams como «una obra maestra». Kurt Vonnegut lo describió como «el mejor conjunto de cuentos escrito por un norteamerican