Ange tiene diecinueve años y estudia filología. Para ganarse algún dinero, decide comenzar a impartir clases particulares de literatura a un adolescente llamado Pie que sufre un enorme desinterés por los libros. Así, la alumna convertida en profesora desafiará al chico a leer un clásico tras otro, haciendo que la literatura ejerza en él una fuerza explosiva, como el gas que permite que los zepelines floten en el cielo.