Publicado en 1554, el Lazarillo es -con el permiso del Quijote- nuestra primera gran novela. A través de las andanzas de su narrador y protagonista, Lázaro de Tormes, no solo asistimos a un irónico y divertido retrato de la sociedad de su tiempo, sino que también somos testigos de ese proceso universal que es el paso de la infancia a la adolescencia y de la adolescencia a la madurez. La vida de este pícaro, un antihéroe que ha de valerse de su ingenio para sobrevivir, nos ofrece un espejo crítico y, a la vez, reconocible en el que mirarnos.
En las desventuras de Lázaro descubrimos muchas de las desigualdades contra las que, aún hoy, seguimos batallando.