En el momento actual se ha desatado una gran polémica por la propuesta de algunos grandes clubes de crear una Superliga europea, lo que supondría una ruptura total con el fútbol tal como lo conocemos. En este contexto, Las costuras rotas del balón busca sobre todo evocar el espíritu que animaba a los jugadores del siglo XX. Era un tiempo en el que el fútbol era muy diferente al de hoy: solo había un partido televisado a la semana, lo que hacía que para ver partidos hubiese que ir al campo; las alineaciones iban del uno al once; los pantalones eran tan cortos que apenas tapaban lo básico; y, sobre todo, era un tiempo en el que los clubes modestos daban grandes sorpresas sin estar limitados por cotos cerrados como la Superliga que se ha puesto sobre la mesa. Además, para muchos jugadores lo más importante no era el dinero, sino el amor a sus colores y el compromiso con sus ciudades y sus países, incluso a costa poner en riesgo su comodidad y su seguridad. Las costuras rotas del balón recupera la biografía de once de estos futbolistas de vida inspiradora. En una formación clásica, se narra la historia de u