Además de ser el gran poema del siglo XX, La tierra baldía es una obra esencial para entender nuestro tiempo. Con una dicción y unas imágenes rompedoras, T. S. Eliot sabe cantar la devastación de la primera guerra mundial, la adecuación del hombre a la ciudad como nuevo y definitivo exilio de la naturaleza, el deseo difícil entre mujeres y hombres, y convocar a la vez las voces del pasado literario de Occidente. Pero más allá del virtuosismo técnico y de la intensidad estética que el poema desata, en estos versos emociona sobre todo la desnuda humanidad que estalla en silencio.