En el siglo IV a. C., Aristóteles funda en Atenas su escuela, una versión muy mejorada de la Academia platónica, donde él mismo estudió en su juventud. Desde ese auténtico centro de formación de los futuros pensadores clásicos supo ejercer una influencia inestimable. Rastreando exhaustivamente la obra de Aristóteles, Edith Hall ofrece aquí una actualización del pensamiento aristotélico.