El autor, de formación filosófica y psicoanalítica, residió en Ibiza dieciocho años, en una casa payesa, en estrecha relación con la población rural autóctona. En esta obra nos ofrece su mirada emotiva y reflexiva acerca de tan excelsa cultura. La economía de subsistencia imponía un realismo a ultranza que, unido a la ausencia de escritura, exigía un compromiso absoluto con la verdad.