Doce años después de su última visita, Jeebleh regresa a su añorada Mogadiscio. Sin embargo se encuentran un país al borde del colapso interno y a punto de convertirse en un campo de batalla. Nuruddin Farah construye en esta espléndida novela un retrato que consigue humanizar las complejidades de un territorio fracturado a perpetuidad por la violencia, la corrupción, la pobreza y el fanatismo.