Qué desastre, cómo había quedado el convento tras la dichosa guerra! Qué de agujeros! Menos mal que con los agujeros ya no tenías que abrir las ventanas. Mirabas por uno y veías el huerto medio pelado; mirabas por otro y veías la torre medio torcida... La guerra de la Independencia española ha terminado, pero ha dejado el convento de fray Perico lleno de tejas rotas, de agujeros, la torre torcida y nada con que alimentarse. ¿Qué soluciones encontrarán los apurados monjes? Una historia de humor, aventuras y amor a los animales.