Como si de cumplir con el conocido dicho catalán Roda el món i torna al Born se tratara, después de años fuera de su ciudad natal, Manuel Valls vuelve a Barcelona, su casa, donde vivió parte de su niñez y de su juventud. Una ciudad de la que nunca ha estado desvinculado, donde conserva familia, amigos y referencias sentimentales y culturales, y a la que ahora brinda toda la intensa y brillante experiencia política desarrollada en Francia. Desde sus inicios, muy joven, en el Partido Socialista Francés de la mano de Michel Rocard hasta su nombramiento como primer ministro, pasando por su eficaz papel al frente de la Alcaldía de Evry y el duro y difícil Ministerio del Interior.
En Barcelona, vuelvo a casa, Manuel Valls demuestra su unión vital y personal con su ciudad, su compromiso para convertirla en un lugar habitable para todos sus ciudadanos, moderna, cosmopolita, más segura y, por supuesto, llevarla a ocupar de nuevo un lugar de primer orden en Europa y en el mundo.