La energía con la que afrontamos el día a día depende principalmente de nuestra alimentación. Somos lo que comemos, lo que hacemos, lo que pensamos y tenemos la energía de lo que ASIMILAMOS. Los hay que se quejan hasta de pasear, que están siempre cansados y los hay que pueden con todo y ni el paso de los años parece afectarles. La razón principal es que unos viven crónicamente desnutridos y otros no. Hemos pasado de consumir alimentos a "productos" carentes de nutrientes. Ingerimos más de un kilo de azúcar a la semana, lo que altera nuestra fisiología, nuestro cerebro y nuestra inmunidad. Uno ha de comer en función de lo que ES, de lo que HACE y de lo que QUIERE, si lo que pretende es tener un futuro rebosante de salud. No existe una «Dieta óptima para todos», ni existe una pastilla mágica que te haga más inteligente, ni una pastilla mágica que te regule el peso y mejore tu calidad de vida, lo que existe es un rango amplio de dietas adecuadas en función de múltiples factores: grado de actividad física, estilo de vida, variantes genéticas, epigenéticas, metabólicas, microbianas, económicas, culturales y s